4 de marzo de 2013. 03:28h J. M. Zuloaga.
MADRID-Los presuntos etarras, detenidos el 21 de febrero en Francia, Oier Ibarguren y Ramón Varea, tenían en su poder Documentos Nacionales de Identidad (DNI) españoles falsificados en su formato electrónico, el que dispone de un chip en el que están grabados todos los datos del titular del documento.
Según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, el dato se considera preocupante, ya que, por una lado, se creía que el nuevo documento era imposible de falsificar; y también por el hecho de que ETA, que en octubre de 2011 anunció un supuesto «cese definitivo armado», haya empleado «técnicos» y esfuerzos para fabricar estas documentaciones que, de ser cierto dicho anuncio, no les harían falta.
En las últimas operaciones antiterroristas, los expertos habían observado que los falsificadores de ETA cuya base se cree que está en el norte de Italia, donde existe una menor presión policial, habían perfeccionado sus técnicas y los productos resultantes eran más difícilmente detectables.
Todo tipo de documentos
El «sub aparato de falsificación», que depende del «aparato logístico-militar», al frente del cual se encuentra Ikaki de Reta Frutos, fabrica todo tipo de documentos, desde DNI de diversas nacionalidades y pasaportes, hasta «visas» para adquirir, vía internet, algunos productos; los documentos y pegatinas que en Francia deben llevar todos los vehículos, si no quieren ser detenidos en los controles de la Policía o la Gendarmería; etcétera.
La intensa actividad de este «subaparato» se corresponde, según los citados expertos, con una realidad que no le gusta reconocer a algunos: que ETA sigue trabajando con la hipótesis de que tendrá que volver a los atentados si no logra sus objetivos por la vía de la negociación, a la que los gobiernos de España y Francia han mostrado su rechazo de forma contundente.
El «excusatio non petita» de hace unos días que formuló, ante el Tribunal Correccional de París, el que fuera jefe «militar» de ETA, el sentido de que esta tregua no era un «truco» más de los muchos que ha realizado la banda en situaciones similares, da mucho que pensar, según las mencionadas fuentes.
Si no es un truco, ¿por que no han pedido perdón a las víctimas, entregado las armas y anunciado su disolución».
Además, la actitud que «Txeroki» y los otros acusados que se sienten en el banquillo del tribunal de la capital gala, que han tenido que ser desalojados hasta en tres ocasiones, una de ellas de forma muy violenta, choca con el aparente ambiente de «armonía y paz» que debería reinar en el seno de la banda criminal.
El material que utilizan los terroristas para falsificar los DNI electrónicos forma parte de lo robado por un «comando» de la banda, el 21 de diciembre de 2010, de una industria ubicada en la localidad gala de Valence.
Entre los productos sustraídos había dispositivos para burlar controles de seguridad y que, en un determinado momento, les permitirían fabricar acreditaciones con los que acceder a centros oficiales, depósitos de explosivos, etcétera.
El robo, como ha ocurrido en ocasiones anteriores, se produjo poco antes de que, el 8 de enero de 2011, la banda hiciera público un comunicado en el que anunciaba un tregua «permanente» que podía ser verificada. Es decir, ETA sustraía material cuando decía que iba a dejarlo.