I CONGRESO NACIONAL DE FORMACIÓN REGLADA EN SEGURIDAD PRIVADA
ORGANIZADO POR ANPASP, EN ORENSE, LOS DÍAS 9, 10 y 11/3/16
RESUMEN DE CONCLUSIONES – FIJACIÓN DE POSTURA DE ADISPO
En primer lugar felicitar a ANPASP por la maravillosa organización de congreso y agradecer que no solo nos diesen la oportunidad de participar, si no que, además, en pro del debate, deseen hacer un compendio de las diversas opiniones sobre un tema tan trascendente como es la formación. Un pilar esencial para la calidad del sector.
En ADISPO creemos conveniente la transición paulatina a la formación reglada en seguridad privada siempre haciendo hincapié en que en todo momento, como indica la ley 5\2014, si se crean nuevas habilitaciones, se respeten los derechos y experiencia de los actualmente poseedores de las diferentes TIPs.
La formación reglada, al tener un reconocimiento oficial, siempre será positiva para los trabajadores del sector y puede traer una mejora en la calidad de la formación que repercutirá positivamente; tanto a las empresas, como a los usuarios, como a la sociedad en general. Es un reto para todos y en especial para las organizaciones sectoriales y las diferentes administraciones reguladoras competentes, colaborar para que dicha transición y la convivencia de las diferentes vías de acceso a la profesión, se realice de la mejor manera posible, venciendo las evidentes trabas que surgirán retrasando su aplicación por, entre otras razones, el desconocimiento sectorial de las nuevos reguladores intervinientes (Trabajo y Educación) y la resistencia al cambio, que nos saca a todos de la zona de confort.
Estas líneas de actuación deberían de verse reflejadas en el anhelado futuro reglamento de seguridad privada, haciendo Interior un compendio de las dispersas normativas, debiendo incluir, definir y organizar los contenidos mínimos de todas las acciones formativas.
Respecto a las diferentes vías de acceso a la profesión de los directores y jefes de seguridad, creemos oportuno el aumento de los contenidos mínimos recogidos; tanto en la prueba por experiencia, como de los cursos actuales en el número de horas y temas mínimos a tocar; dado que, la mayoría, mirando el costo y la feroz competencia, no toca, en las 400 horas actuales, nada más que los mínimos temas indicados en las OOMM de Interior de 2011, donde no se recogía nada o mínimamente, por ejemplo, sobre infraestructuras críticas o de armas y explosivos. Es, por tanto, escasa la formación actual para llegar a tener, en algunos casos sin experiencia, la responsabilidad por ley de la seguridad integral de una Corporación. Siendo conveniente reforzar, al menos, además, los estudios sobre seguridad de la información, contravigilancia, cumplimiento normativo y continuidad del negocio.
En lo relativo al grado universitario que indica la LSP como nueva vía de acceso, creemos que Interior, como hasta ahora, debe marcar los mínimos, dejando la posibilidad de que, en dicho grado se reciba una formación polivalente que lo pueda hacer atractivo pensando en las salidas profesionales del mismo y que las universidades puedan incluir otra formación adicional relacionada, como podría ser, por ejemplo y a su criterio: en emergencias-protección civil, superior en prevención de riesgos laborales, criminalística o la preparación para las habilitaciones de seguridad de Fomento como consejero de seguridad en el transporte de mercancías peligrosas,… y por los mismos motivos indicados anteriormente (hacer atractivo el grado con salidas profesionales), el futuro RSP debe de recoger la imposición clara de medidas organizativas, imponiendo la constitución obligatoria de más departamentos, entre ellos los operadores críticos y que el delegado de seguridad de la infraestructura sea un delegado del director de seguridad y; por lo tanto, obligatoriamente con estudios de dirección de seguridad; así como, fijar un ratio claro de delegados del jefe de seguridad mínimos y obligatorios en las empresas, en función del número de VVSS y de servicios armados. No permitiendo, dicho RSP, a ninguna administración, ni ente público, sacar en concurso puestos operativos que no se recojan en la regulación de seguridad privada, como: coordinadores, inspectores o jefes de servicio, debiendo de ser delegados del jefe o director de seguridad y; por lo tanto, con una formación contrastada.
Conscientes de que es fundamental la formación y la profesionalización del sector, no se puede dejar de lado el intrusismo al hablar de ella; por lo que, creemos conveniente que la Administración, para ello, utilice las nuevas tecnologías para el control del fraude en formación, organizando las comunicaciones electrónicas de los centros de: los cursos, los profesores y los alumnos; así como, la digitalización de las cartillas profesionales.
Vicente Hernández Sánchez – Presidente de la Asociación de Directores de Seguridad ADISPO