“Compartimos un mismo nivel de amenaza terrorista con Reino Unidoy otros países occidentales. Por desgracia, también puede suceder aquí”, opina Manuel R. Torres, director de un curso de expertos en terrorismoyihadista en la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla) y profesor de Ciencias Políticas. “[Es posible] que una persona llegue a esa determinación asesina y sin ningún tipo de preparación o sofisticación puede llevar a cabo un ataque con carácter indiscriminado”.

Pero ello no significa que sea necesariamente un lobo solitario, sin vigilancia. Torres resalta que ni los sospechosos del ataque al soldado británico en Reino Unido (que de hecho eran al menos dos) ni el terrorista que se recluyó en su casa de Toulouse iban totalmente por libre. Todos tenían contactos con círculos del islamismo radical. El francés había entrenado en campamentos terroristas de Pakistán y tras el asesinato en Londres ha salido a la luz que los supuestos atacantes ya habían estado bajo vigilancia policial por sus posibles vínculos terroristas.

“Es fundamental aclarar si estos individuos están vinculados a alguna organización terrorista. Estaríamos ante un cambio de táctica. Si efectivamente corresponden a designios de una organización superior, está claro que su capacidad de destrucción masiva ha disminuido muchísimo y han recurrido a otra forma de actuación”, apunta María Dolores Algora, especialista en seguridad y defensa en relación con elmundo musulmán y profesora de la Universidad CEU-San Pablo.

“Puede que hayan cambiado de tácticas, pero no ha disminuido el terror. La amenaza va a seguir existiendo”, añade.

Incluso aunque no estén ligados a ninguna red concreta –algo que tendrá que aclarar la investigación- no parece tratarse de personas que se hayan radicalizado por su cuenta. “No son personas que de manera totalmente aislada lleguen a esa determinación, sí lo hacen por el influjo de otras personas, [incluso] aunque no estén vinculados con organizaciones”, explica Torres.

Las autoridades británicas advierte de que aún está por confirmar que las motivaciones del asesinato del soldado británico en Londres fueran yihadistas, pero el vídeo protagonizado por un autor confeso del ataque no deja mucho lugar a equívocos: "Por los musulmanes muertos, nunca estaréis a salvo", advirtió nada más matar a Lee Rigby.

Ciudadanos aparentemente integrados

Lo que parece claro es que finalmente atrapan por sorpresa a la sociedad, como los hermanos Tsarnaev en Boston, ya sea porque la policía había descartado finalmente que fueran peligrosos o porque no les tuvieran si quiera fichados.

Pero, ¿cómo puede ser que unos ciudadanos aparentemente integrados en la sociedad del país donde viven la ataquen? “Que sea una persona que tenga un trabajo, que no necesariamente sea un criminal, para muchas personas no es suficiente para dar sentido a sus vidas. Estas personas no sienten que tengan que sentirse agradecidas a la sociedad que los ha acogido, sin embargo se sienten agraviadas por vivir en países que ellos consideran enemigos de su religión”, afirma Torres.

“A veces lo que les hace sentir es que precisamente tienen un deber, por vivir allí, de atacar, por aquellos de esos hermanos que no tienen la oportunidad de hacerlo”, añade.

La retirada de Irak y Afganistán resulta indiferente

Aunque uno de los sospechosos del ataque en Londres le dijera a una viandante que su motivación eran los musulmanes muertos en Irak y Afganistán, lo cierto es que en su vídeo justificando lo que había hecho hablaba de “su país”, que es Nigeria. Por otra parte, no parece que a Michael Aldebolajo –como se ha identificado a este presunto terrorista- le importara la retirada de las tropas de los países citados.

“Hay que tener muy presente que a los terroristas no se les apacigua atendiendo a sus solicitudes, porque ellos siempre encuentran alguna justificación para continuar haciendo lo que están haciendo. Lo cierto es que aunque ellos sitúen como origen de ese agravio, Afganistán o Irak, también llevaron atentados cuando antes”, recuerda el profesor Torres.

Algora añade que el concepto occidental de las naciones no funciona de la misma manera para parte del mundo musulmán, que se siente unido por la religión y en el Sahel africano la inestabilidad y grupos radicales también pueden haber influido en Aldebolajo.

“Incluso cuando no hay presencia de tropas occidentales en estos países, ellos encuentran como argumentos, un apoyo más o menos difuso a países como Israel, que ellos consideran enemigo, o incluso –por llevar al extremo el argumento- la propia pérdida de Al Ándalus en España”, explica Torres el ideario de los yihadistas.

La clave es la ciberseguridad

La clave para combatir esta amenaza está en internet, coinciden ambos expertos. “Nos tenemos que hacer a la idea de que hay que poner los medios para controlar esta lacra terrorista del siglo XXI. Desde luego no va a desaparecer porque nos vayamos de Irak o Afganistán”, advierte Algora.

Muchas páginas web a favor de la causa yihadista “son la llama para fomentar el odio”, asegura. “Actualmente los cuerpos policiales y autoridades son conscientes de que internet es el principal espacio donde se promueven este tipo de ideas”, añade Torres.

Aunque ya se están realizando numerosas mejoras en materia de ciberseguridad, aún queda camino que recorrer. El propio exsecretario de Defensa de EEUU, Leon Panetta, dijo en su gira de despedida al pasar por España, que la lucha del futuro está en la ciberseguridad.

“En el siglo XXI vamos a tener que empezar a pasar líneas rojas en todas nuestras conquistas sociales en nuestras libertades individuales. Va a ser obligatorio para poder luchar contra el terrorismo, encontrando un equilibrio”, añade.

Por su parte, Torres deja claro que la solución no pasa por la censura en internet, porque facilita la obtención de información relevante para fichar y detener a los sospechosos: “Si se silenciase por completo internet, cosa que tampoco es posible, en parte perderíamos la capacidad de controlar a esos potenciales terroristas”.

La profesora Algora añade otra reflexión: el control de las armas. “No en los conflictos, sino en España, en el Reino Unido, en EEUU, en muchos países las armas ligeras están a disposición de quien las quiera adquirir”, lamenta.

“Hay que asumir que es inevitable que esa brecha radical prenda en algunos individuos”, opina Torres.

Ambos coinciden en que hace falta concienciar y preparar a la sociedad –además de los cuerpos de seguridad- “para minimizar el daño” y que puedan colaborar con las autoridades.