LA UFP critica abiertamente el gasto en seguridad pública que producen determinados eventos de empresas privadas
La UFP critica abiertamente el gasto en seguridad pública
que producen determinados eventos de empresas privadas”
Debido al enorme eco que ha tenido nuestra petición, para establecer
un canon (impuesto) a determinadas empresas privadas, por el uso de
la seguridad pública en sus actividades mercantiles, pidiendo una
modificación en la Ley de Espectáculos públicos, que evite la
financiación pública de la seguridad de una actividad privada, ejemplo;
un partido de futbol.
Hacemos un llamamiento para que se sumen el resto de
organizaciones sindicales ante la exitosa propuesta tan bien
acogida por parte de los medios, e incluso por el Ministro del
Interior.
Como siempre; merecido reconocimiento a la labor de las Unidades de
Intervención Policial.
Adjuntamos enlaces de repercusión mediática, sobran las palabras:
--- Andres ABERASTURI (DIARIO CRÍTICO):
Denunciaba la UFE (Unión Federal de Policía) que la final de la Copa del Rey habrá costado la
friolera de 150.000 euros en seguridad que, hemos pagamos todos los españoles con nuestro
dinero. Pero es que, además, los efectivos que cubren estos eventos dejan de prestar su servicio
habitual en otros puntos de la ciudad y hasta en otras ciudades. Y siendo esto ya de por si algo
digno de ser estudiado y, naturalmente, corregido, lo que llena de estupor es que la Liga Profesional
de Futbol, que tiene gratis total este despliegue policial, "compensa" a la Policía con la compra, de
vez en cuando, de vehículos, utensilios o material. No extraña que esta situación bochornosa
indigne a la UFP e imagino que al resto de colectivos policiales; como dice Giraldo, portavoz de este
sindicato, "no queremos limosnas ni concesiones graciosas no reguladas. Queremos que esa
compensación se regule normativamente mediante un canon" como ya viene ocurriendo, por
ejemplo, en la Vuelta Ciclista a España.
Personalmente creo que asumiría mucho mejor la idea de que con nuestro dinero se paguen esos
150.000 euros a cambio de nada, que el hecho absolutamente trasnochado y vergonzoso de que la
Liga "obsequie" de vez en cuando nada menos que a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
con material, utensilios y hasta alguna que otra furgoneta.
¿Pero en qué país vivimos? ¿En qué siglo de oprobio se puede llegar a semejante vergüenza? ¿Cómo
es posible que los gobierno -esto debe venir de antiguo- acepten sin sonrojarse regalitos de
particulares a quienes velan por la seguridad de todos y que deberían estar equipados
decentemente con los presupuestos del Estado? Ya sé que no y estamos hartos de escuchar
denuncias -y en ocasiones de ser testigos de trágicos sucesos- sobre la dotación de la Policía
Nacional y la Guardia Civil con coches medio estropeados, chalecos antibalas de muy baja
efectividad o medios tecnológicos desfasados. ¿Y qué? ¿Esperamos a que la Liga Profesional del
Futbol haga de Papa Noel y nos traiga algo?
Me parece ofensivo y humillante y no entiendo como un gobierno de España puede entrar en ese
juego. Es verdad que la desfasada Ley de Espectáculos Públicos establece que la Policía Nacional
garantizará la seguridad del exterior, pero como apunta la UFE, en ningún sitio se dice que a
quienes hacen negocio particular en el interior (las entradas para la final de Copa costaban en
taquilla hasta 275 euros) no se les pueda cobrar un canon por los gastos que generan a cambio de
los beneficios que se embolsan. Y hay precedentes como queda dicho: la empresa que organiza la
Vuelta Ciclista, paga.
Pero, sobre todo el fútbol, en España tiene carta blanca. Ojalá este de la seguridad fuera el único
escándalo. Los clubs -algunos más que otros- deben un dineral a Hacienda, consiguen
recalificaciones de terrenos más que dudosas, dan cifras de fichajes que están muy por debajo de la
verdad y ellos sabrán por qué, amparan y hasta promueven a grupos ultras y ahora nos enteramos
casi oficialmente que se compran y se venden partidos. Todo un derroche de ejemplar deportividad
y buenas prácticas.
a.aberasturi
